lunes, 23 de enero de 2012

Dios es nuestro refugio y fortaleza



Dios es nuestro refugio y fortaleza,
una ayuda siempre pronta en los peligros.

Por eso no tememos, aunque la tierra se conmueva
y las montañas se desplomen hasta el fondo del mar;
aunque bramen y se agiten sus olas,
y con su ímpetu sacudan las montañas.

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro baluarte es el Dios de Jacob.

Los canales del Río alegran la Ciudad de Dios,
la más santa Morada del Altísimo.Dios está en medio de ella: nunca vacilará;
él la socorrerá al despuntar la aurora.

Tiemblan las naciones, se tambalean los reinos:
él hace oír su voz y se deshace la tierra.

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro baluarte es el Dios de Jacob.

Vengan a contemplar las obras del Señor,
él hace cosas admirables en la tierra:
elimina la guerra hasta los extremos del mundo;
rompe el arco, quiebra la lanza
y prende fuego a los escudos.

Ríndanse y reconozcan que yo soy Dios:
yo estoy por encima de las naciones,
por encima de toda la tierra.

El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro baluarte es el Dios de Jacob.




Salmo 46

domingo, 11 de enero de 2009

La vida contemplativa implica dos niveles de conciencia...


La vida contemplativa implica dos niveles de conciencia: primero, conciencia de la pregunta, y segundo, conciencia de la respuesta. Aunque estos son dos niveles distintos y enormemente diferentes, son de hecho conciencia de la misma cosa. La pregunta es, ella misma, la respuesta. Y nosotros mismos somos ambas. Pero esto no lo podemos conocer hasta que no nos hallamos desplazado hasta el segundo nivel de conciencia. Despiertos, no para encontrar una respuesta absolutamente diferente a la pregunta, sino para comprender que la pregunta es su propia respuesta. Y todo ello resumido en una conciencia: no una proposición, sino una experiencia: YO SOY.  

jueves, 8 de enero de 2009

Cuanto más estamos a solas con Dios...

Cuanto más estamos a solas con Dios más estamos con los demás, en la oscuridad, y sin embargo una multitud. Y cuanto más salimos hacia los demás en el trabajo y la actividad y la comunicación, en acuerdo con la voluntad y la caridad de Dios, más estamos multiplicados en Él y, a pesar de todo, estamos en soledad.